
A menudo oímos hablar de especies, animales o vegetales, que están en peligro de extinción. Algunas organizaciones y países gastan muchos recursos en evitar ésa extinción. En este punto puede surgir la pregunta: tan grave es que una especie se extinga? La respuesta es sí. Un ecosistema es un conjunto de especies que se relacionan entre sí y con el medio en que viven. Estas relaciones son, a menudo, muy complejas, y a veces, la desaparición de una especie, por insignificante que parezca, puede provocar un cambio absoluto en el ecosistema, o incluso, la desaparición de éste.
El mantenimiento de las dinámicas ecológicas es la razón más visible a corto plazo para conservar el máximo de especies posibles. Pero existe una razón aun más importante: la conservación de la biodiversidad. La biodiversidad de un ecosistema es la cantidad de especies diferentes de seres vivos que habitan en dicho lugar. Cuanto mayor sea el número de especies variadas, mayor será la capacidad de evolución y adaptación del ecosistema, le será más fácil mejorar biológicamente y reaccionar ante circunstancias adversas.
Así pues, merece la pena luchar por cada una de las especies que habitan la Tierra, y trabajar para que la biodiversidad, no solo no disminuya, sino que incluso aumente.
Aunque la frenética actividad humana no nos deje verlo, nuestra planta está rodeada de un entorno natural con ecosistemas muy diversos. ¿Los conoces? ¿Se puede hacer algo por su conservación? ¡Expande el proyecto Morpho al entorno natural de Akzo Nobel! ¡Atrapa una mariposa por la biodiversidad del planeta!