Cada dia se generan miles de toneladas de residuos. Una media de un kilo y medio de basura por persona salen de cada casa todos los dias. Un 50% de esta basura es materia orgánica, que está compuesta, sobretodo, de restos de comida. Estamos muy habituados a la recogida selectiva de papel, envases, vidrio, etc., pero los residuos de materia orgánica también pueden recibir un nuevo uso. La fracción orgánica de la basura se puede convertir en abono. Para que esto pase, es necesario un proceso de descomposición controlada llamado compostaje, y el producto final, el compuesto, puede usarse como fertilizante para las plantas.
El proceso de compostage a gran escala se realiza en plantas industriales donde la materia orgánica se airea y remuve periódicamente para facilitar la vida de los microorganismos y hongos que descomponen esta materia. Este proceso puede llevarse a cabo en casa, y aunque parezca complicado, no lo es en absoluto. Si de forma industrial quien remuve y airea el compuesto son máquinas, en el proceso doméstico lo hacen gusanos. Este sistema se conoce como vermicompostaje. Se trata de un cubículo, con una abertura superior, donde se introduce la fracción orgánica de la basura de casa y los gusanos, y una abertura inferior por donde pasado el tiempo pertinente, se extrae el compuesto que servirá de abono para las plantas de nuestro balcón o jardín. Podemos pensar que este proceso produce mal olor, pero si se siguen las instrucciones correctamente, los olores no llegan a generarse.
El mejor residuo es aquel que no se genera, y este método evita la creación de un gran volumen de residuos. Llévate Morpho a casa y captura una mariposa junto con tu familia!
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